martes, 12 de enero de 2010

EL MIEDO A LA LIBERTAD (ERICH FROMM)

Erich Fromm (Frankfurt del Main, 1900 – Muralto, 1980). Psicoanalista alemán nacionalizado estadounidense. Integrante de la Escuela de Frankfurt a la que perteneció desde sus inicios a principios de los años 20.

Descendiente de familia judía tuvo que emigrar a Estados Unidos tras el ascenso de Hitler al poder

Su pensamiento psicoanalítico intentó una conciliación entre las teorías de Marx y las de Freud; es decir, abandonó el pensamiento de Freud de que los problemas psicológicos del hombre tenían un origen únicamente inmaterial y completó el pensamiento de Marx con la inclusión de la estructura psicosocial en la formación de la sociedad.

En sus obras defendió la idea de la planificación humanista en contra de la teoría del consumo y del rendimiento económico.

Una de sus obras más importante es El Miedo a la Libertad (1941), este causó gran impacto en las clases intelectuales y fue traducido a diversos idiomas. Ya desde esa obra se vislumbra todo el ideario que más tarde se dará a conocer.

Desde esta obra, Fromm apostará a promover el proceso de individuación y la consecuente libertad que implican necesariamente soledad y angustia por el encuentro con sí mismo y con los otros.

La temática del libro, a pesar de que está escrito allá por los años 40, es perfectamente aplicable a nuestro tiempo.

El libro plantea una serie de preguntas que se podrían resumir en una sola: ¿Independencia y libertad son inseparables de aislamiento y miedo, o existe un estado de libertad en el que el individuo vive independientemente sin estar aislado, sino unido al mundo y al resto de las personas?

En este escrito propugna por un mundo espontáneo en el que predominaran el amor y el trabajo productivo. Constituye un repaso histórico a las formas de vida por las que ha ido atravesando la humanidad (feudalismo, mercantilismo, capitalismo...) incidiendo en los aspectos psicológicos hasta llegar a un análisis de la sociedad de sus días, que tiene muchas cosas en común con nuestra sociedad occidental actual.

Plasmó con agudeza los factores que llevan a los seres humanos a entregarse a la irracionalidad y a ponerse bajo el mando de los dictadores


El miedo a la libertad forma parte de un estudio más amplio acerca de la estructura del carácter del hombre moderno y de los problemas de la interacción de los factores sociológicos y psicológicos en el que estaba trabajando Erich Fromm allá por los años 30. Decidió interrumpir este trabajo para dedicarse a lo que es el tema principal de este libro: el significado de libertad para el hombre moderno.


El problema es que el hombre, cuanto más gana en libertad, entendiendo libertad como la aparición del individuo alejado de su primitiva unidad con los demás y la naturaleza, y cuanto más se “transforma en individuo”, tanto más se ve en el dilema de unirse al mundo a través del amor y del trabajo creador, o bien buscar alguna forma de seguridad. Al buscar dicha forma de seguridad es cuando el hombre acude a ciertos vínculos que destruirán la anhelada libertad y la integridad de su “yo” individual.

Fromm afirma que la existencia humana y la libertad son inseparables desde un principio. El término de libertad que está usando aquí es el de libertad negativa, es decir, la huida de la determinación por los instintos sobre la acción. El hombre es, en este sentido, más débil que el resto de los animales (que poseen unos instintos muy desarrollados), y sin embargo, esta inhabilidad es el factor que propicia el desarrollo de la cultura. De ahí la ambigüedad del término.
Inicialmente, el bebé humano posee unos instintos que le unen a su madre; también, en las sociedades primitivas el individuo está muy unido al clan. Es decir, en las primeras etapas de la vida hay una necesidad de seguridad y orientación que implican una falta de individualidad. Posteriormente, sucede el proceso de individuación por el cual la persona va desarraigándose de sus vínculos primarios. Cuando lo consigue, debe encontrar la orientación y la seguridad que necesita mediante procedimientos diferentes a la etapa preindividualista, pues ya no es posible volver a unirse a los vínculos primarios.

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