La Escuela de la Nueva Cultura "La Cecilia" fue fundada en el año 1990 por el matrimonio integrado por Ginés del Castillo y Nancy Cecilia Giúdici, quienes deseaban una escuela diferente para su hijo menor. La escuela se organizó en un predio de dos hectáreas en las afueras de la ciudad de Santa Fe, localidad de Monte Vera, en lo que era su casa de campo. (En la actualidad la Escuela funciona en un predio de 4 hectáreas)
La Escuela de la Nueva Cultura "La Cecilia" nace como una Sociedad Civil en el año 1991 y se convierte en una Sociedad de Responsabilidad Limitada en el año 1994. No se persigue ningún fin de lucro sino, solamente, permitir el funcionamiento de la Institución en el marco legal actual, como sus balances lo demuestran.
La escuela no recibe subvención alguna de organismos públicos ni privados; se sostiene con los aportes de los padres y el esfuerzo destacado de una Asociación Cooperadora.
La Escuela no tiene ninguna dependencia de ningún tipo de organización política, filosófica ni religiosa aunque son muchas las organizaciones que le brindan su apoyo y avalan su accionar; en particular aquellas ONGs relacionadas a la salud y al cuidado del medio ambiente. Una mención especial merece el interés que ha expresado por esta obra la Fundación Krishnamurti Latinoamericana, con sede en Barcelona, España.
El diseño de los espacios educativos ha surgido, de las propias concepciones filosóficas y pedagógicas.
El marco natural obedece a la conveniencia de educar a los niños en diario contacto con la naturaleza como el medio más efectivo de desarrollar su innata inclinación de amor a ella. Es por ello que se dispone siempre de parques entre los espacios cubiertos, lo que logra la integración entre arquitectura y naturaleza.
Las aulas son diseñadas como verdaderas "viviendas", es decir lugares donde vivir, resultando espacios agradables y acogedores con dimensiones adecuadas para grupos de diez o quince niños y niñas o jóvenes, que es la cantidad de alumnos que se disponen por sección, en general.
El equipamiento ha sido estudiado en detalle (y se continúa estudiando y reformando siempre) para adaptarse a las necesidades anatómicas y a las concepciones educativas que enfatizan el trabajo en grupo, sin una cabecera de aula demasiado remarcada. Los alumnos comparten mesas de cuatro o seis lugares, de baja altura, de manera que no utilizan los asientos corrientes sino bancos bajos sin respaldos, con almohadones que -también- pueden ser usados para sentarse en el piso. Suele existir un pizarrón que ocupa un lugar visible pero no central. Los muebles son, en general, construidos por los propios padres.
Las aulas y muebles para el Tercer Ciclo de E.G.B. y Polimodal tienen un aspecto más convencional aunque comparten los criterios generales expuestos.
En cuanto al S.U.M. (Salón de Usos Múltiples), se compone de un auditorio central alrededor del cual se disponen otras dependencias y unidades tales como: sala para videos, computación, talleres de actividades prácticas, horno para cerámica, biblioteca, cocina, comedor, baños para alumnos de ambos sexos y baños para docentes, etc.
Existen otros edificios tales como el Atelier de artes plásticas, las oficinas, la sala de Materno, y el Taller donde se realizan actividades específicas, en un ámbito propio.
Se cuenta con todos los servicios, agua potable, energía eléctrica, telefonía, servicio de Internet, accesibilidad interna vehicular con caminos consolidados, etc.
De modo que el uso de los espacios reproduce una propuesta de vida social donde se alterna y entremezcla, ordenadamente, lo individual y lo grupal.
La escuela respeta el sistema escolar "graduado" convencional para permitir la articulación con el resto del sistema educativo nacional.
No obstante, los alumnos y alumnas son agrupados en secciones de acuerdo a sus necesidades de relación conformando grupos heterogéneos en lo que hace a los aprendizajes.
Para evitar el encasillamiento, la restricción y coerción de los ámbitos escolares tradicionales, se ha dispuesto un sistema de aulas abiertas donde los alumnos y alumnas cuentan con libertad para desplazarse a otras secciones en función de sus intereses, en forma transitoria o permanente, con el acuerdo previo de los docentes.
Esto ha ofrecido una adecuada resolución a multitud de problemas de desarrollo, intereses, etc., que siempre son seguidos y abordados por otros medios, también.
Se reconoce a los niños y niñas y jóvenes su condición de “última versión” de la humanidad.
Esto significa que tienen derecho a revisar todo cuanto se les muestre, aunque no puedan descartarlo sin alguna clase de reflexión.
Se reconoce a los niños y niñas los derechos básicos del aprender:
• Aprender a su tiempo.
• Aprender lo que quieren aprender.
• No aprender aquello que no quieren aprender.
El respeto por estos derechos es esencial para no afectar la capacidad propia de aprendizaje que cada ser humano posee y que una educación “voluntarista y dirigista” anularía en muchísimos casos.Los jóvenes gozan de iguales derechos sólo que supeditados a una responsabilidad creciente sobre su propia vida y su destino, así como a decisiones sobre el futuro de su vida laboral o de estudios superiores.
El interés fundamental de esta escuela es permitir el “florecimiento” del ser humano, sin remisión a modelo alguno. Esto implica comprender la apretada trama del condicionamiento que opera sobre cada uno y sobre toda la humanidad y que la educación convencional no impide sino que refuerza.
Nadie puede comprender lo-que-es si no puede ver que la mayoría de sus actos, emociones y pensamientos son un mero reflejo condicionado por cuestiones genéticas, culturales y sicológicas que permanecen ocultas a la conciencia.
Para que el niño pueda ser lo-que-es la educación ha de cumplir con dos requisitos mínimos:
• No ser fuente de nuevos condicionamientos. (No condicionar)
• Permitir que el condicionamiento ya existente sea visto en forma consciente, de instante en instante, desarticulándose en la acción. (Lavar el condicionamiento)
El conocimiento de uno mismo y las profundas motivaciones de las acciones y los pensamientos, es una tarea que se aborda sistemáticamente en la escuela a través de los talleres de Autoconocimiento y de toda la organización y actividades escolares.
El interés fundamental de esta escuela es permitir el “florecimiento” del ser humano, sin remisión a modelo alguno. Esto implica comprender la apretada trama del condicionamiento que opera sobre cada uno y sobre toda la humanidad y que la educación convencional no impide sino que refuerza.
Nadie puede comprender lo-que-es si no puede ver que la mayoría de sus actos, emociones y pensamientos son un mero reflejo condicionado por cuestiones genéticas, culturales y sicológicas que permanecen ocultas a la conciencia.
Para que el niño pueda ser lo-que-es la educación ha de cumplir con dos requisitos mínimos:
• No ser fuente de nuevos condicionamientos. (No condicionar)
• Permitir que el condicionamiento ya existente sea visto en forma consciente, de instante en instante, desarticulándose en la acción. (Lavar el condicionamiento)
El conocimiento de uno mismo y las profundas motivaciones de las acciones y los pensamientos, es una tarea que se aborda sistemáticamente en la escuela a través de los talleres de Autoconocimiento y de toda la organización y actividades escolares.
lunes, 14 de diciembre de 2009
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